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Concha lo había probado todo. Afectada de una miocarditis aguda -un proceso infeccioso que deriva en una dilatación excesiva del corazón- desde 2004, todos los tratamientos fracadasaban. Uno tras otro. El trasplante era su única opción, pero una hipertensión arterial lo hacía inviable.
Juan Antonio estaba aquejado de una miocardiopatía dilatada (herencia de familia) que avanzaba a pasos agigantados. A eso se sumó, como en el caso de Concha, una hipertensión arterial pulmonar que complicaba el trasplante de corazón que precisaba.
Concha y Juan Antonio, ambos malagueños, han sido los primeros pacientes adultos en probar un corazón artificial temporal, un dispositivo que el Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha estrenado en el hospital Virgen del Rocío y que ha demostrado su eficacia: tanto Concha como Juan Antonio se encuentran prácticamente recuperados tras sendos trasplantes de órganos tras unos meses -ocho en el caso de Concha, algo menos en el caso de Juan Antonio- con el corazón artificial.
En proceso está un tercer paciente, F.R.P., de 63 años, aquejado de una doblelesión aórtica congénita y que espera que una donación le salve definitivamente la vida. Mientras tanto, un corazón artificial le permite esperar.
El dispostivo, cuyo nombre técnico es Excor, supone un «puente» al trasplante, lasolución definitiva y el objetivo final, como ayer se encargaron de destacar los responsables de la implantación de estos corazones artificiales, los primeros en Andalucía, aunque en España se lleva usando desde hace algunos años, aunque sólo en unos cuantos centros hospitalarios, una seleta lista a la que ahora se ha sumado el Virgen del Rocío.
El corazón artificial, que en estos casos se ha implantado como refuerzo de un ventrículo (normalmente el izquierdo) bombea la sangre que el órgano no puede por sí solo y consiste en dos válvulas conectadas al corazón y a la aorta y uncompresor a pilas que puede incluso transportarse en una especie de maleta con ruedas. «El carrito de la compra», lo llama Concha, que durante ocho meses tuvo un Excor que la conectaba a la vida.
«Fue una experiencia de salvación», dijo ayer la paciente, que, al igual que Juan Antonio, quiso agradecer públicamente el trabajo desarrollado por el equipo de médicos que encabezan Ernesto Lage y José Miguel Borrego.
La previsión es que se implanten a partir de ahora entre cuatro y cinco de estos corazones artificiales al año, siempre, claro está, a la espera de uno de verdad.
