Dia de la Accesibilidad

Como cada día salgo a la calle pensando en cuantas barreras voy a tener que esquivar, empiezo por el portal, espero que funcione el ascensor que me baja a la puerta, si no va un día más tendré que quedarme en casa o pedir a alguien que me ayude a bajar por las escaleras.
Una vez en la calle compruebo como queda todavía bordillos sin rebajar, aceras algo estrechas por las que paso difícilmente, al igual que cuando entro en un edificio lo primero que necesito ver es que tenga ascensor, o pueda arreglar los papeles en la planta baja.
Aunque peor es cuando necesito desplazarme, si lo hago en coche debo asegurarme que el sitio tenga y se respete el aparcamiento adaptado, porque si lo hago en bus lo más seguro es que no me dejen subir, poniendo cualquier excusa, o dejarme la silla en casa y moverme como malamente pueda con las muletas y por supuesto iré acompañado.

Tan difícil es ponerse en nuestra piel, saber las necesidades que tenemos, y especialmente ser PMR es debido a un capricho de la vida, no propio.
Debe de ser que los que mandan no sufren de estos problemas, si no verías que rápido lo arreglaban, creo que a más de uno le pondría a ver la ciudad con mis ojos, con mis problemas.

Aunque si algo me tranquiliza, es que sé de buena mano, que hay personas que dedican
su trabajo a mejorar nuestra calidad de vida, que les faltan horas a los días cuando se trata de medir y ver los problemas de los numerosos edificios de la ciudad, desde los centros de salud, colegios, edificios locales, etc. Y una vez señalados pensar la forma de arreglarlo y no parar hasta conseguirlo, aunque ello signifique dormir poco, estar agobiados, estresados, e incluso no poder ni caer un día malos.
Son aquellas personas que hacen de su profesión técnicos de accesibilidad una forma de vida, sabiendo que sus esfuerzos se verán recompensados cuando tú salgas a la calle y no te encuentres ninguna barrera arquitectónica, porque siempre se oye: mira el ayuntamiento que bien ha dejado esto, pero nunca está arreglado gracias a los técnicos de accesibilidad que han luchado y dejado la piel para hacerlo realidad.
Se les podía llamar los ángeles de la guarda de quienes sufren movilidad reducida, ya que son por los que más miran para quitar escalones, medir rampas, ver ascensores, etc., aunque quede claro que luchan por mejorar la vida de todos aquellos que sufren discapacidad da igual de que tipo sea.
Aunque muchas veces no pueden arreglar el muro, debido a que los de arriba prefieren decorar la ciudad por navidad, y se les olvida recortar las escaleras para bajar, al igual que olvidan sin intención de recordar, que fallecen niños y adultos por hambre y enfermedades debido a la falta de financiación para su investigación.

Pero está claro que en esos escalones que no rebajan, los PMR dan una lección de fortaleza y superación diaria que más quisieran ellos tener.
En definitiva que yo de mayor me gustaría ser como ellos, mis compis técnicos de accesibilidad, y hoy 15 de marzo desde Discapzine reconocemos sus esfuerzos y trabajo, y ya saben que les animamos y agradecemos que sigan siempre al pie de cañón arreglando Gijón.