Alrededor del 75% de la población con dolores continuados tienen un acceso muy limitado a los analgésicos fuertes como es la codeína o la morfina, cuando la ONU estipulo que estos analgésicos aunque son considerados drogas, deben de estar a disposición de los enfermos siempre con un seguimiento de su médico de cabecera o especialista que le lleve.
Los datos los ha dado a conocer la Junta de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) junto con la ONU, en su último informe sobre disponibilidad de medicamentos controlados, siempre y cuando sean para garantizar un buen acceso a médicos y científicos.
También indico que 3 de cada 4 personas no pueden acceder a los analgésicos debido a falta de conocimientos de los médicos, el temor de las dependencia a unos fármacos que son vistas como drogas, o por falta de recursos económicos.
Solo un 17% de pacientes reciben o tienen acceso a la morfina, cuando esta es indispensable para tratar los dolores debido a cáncer, VHS, algunas enfermedades cardiacas, cirugías, partos y problemas derivados de la diabetes.
Mientras que el 95% de ella se “consume” en EEUU, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y algunos países de Europa Occidental, donde están preocupados debido a su incremento y abusos de estos medicamentos, que siempre deben requerir de receta médica.
Mientras que los psicóticos son utilizados como sedantes, hipnóticos y ansiolíticos para los problemas de insomnio, ansiedad, epilepsia, déficit de atención con hiperactividad.
Para cerrar la brecha mundial ante el dolor, la JIFE hará lo posible para intentar que todos los países obtengan el acceso de sustancias para aliviar el dolor, y asegurar la disponibilidad equilibrada de psicotrópicos.
Además, recomendó a los Estados que revisen sus leyes y reglamentos para asegurar que no son demasiado restrictivas y mejoren su acceso para que los profesionales de la salud puedan prescribir sustancias bajo control internacional.