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Ezio Bosso pianista, director y compositor italiano que sufre la consecuencias de padecer desde el 2011 ELA, actuó el 9 de agosto en el festival de Castell de Peralda donde dio su única actuación en España, lo hizo desde su silla de ruedas, pero eso no era excusa, para no dejar una vez más al público boquiabierto con su potencial en la música, junto a la fuerza de superación que expora de su cuerpo, haciéndose un ejemplo de fuerza de voluntad al querer seguir siempre hacia delante, y no darse por vencido con la enfermedad que se cebó con su cuerpo, pero no con sus manos que vuelan sobre el piano, haciendo sonar en cada nota un conjunto de sentimientos tanto propios como ajenos.
Su talento se vio desde niño cuando su familia se dio cuenta que tenía gustos muy distinto a otros chicos de su edad, ya que le gustaba mucho García Lorca y de echo siempre quería leerlo en su lengua original, además de querer aprender así el idioma español, por lo que a los 12 años empezó a traducir a este idioma las poesía que Ezio había escrito, ya que siempre le había gustado la poesía, mientras aprendía con una tía abuela a tocar el piano.
A los 16 ya empezó a debutar como solista en Lyon, donde despego su carrera que le ha llevado a dar miles de conciertos y de giras internacionales siendo todavía muy joven para poder asimilar todo lo que ello conllevaba, como era pisar los escenarios de Royal festival hall, actuar en el Carnegie hall, en la opera de Sídney e incluso en el teatro Colón de Buenos Aires y en el Palacio de Bellas Artes de México, donde se empezó a interesar también por la dirección de orquesta y la composición.
Y esa noche estaba planeado que actuase junto a los hermanos Diego Y David Romano que son violinista y violonchelo respectivamente, pero debido a un accidente del padre de los músicos, obligo a Ezio a llevar a cabo un recital en solitario con sus temas propios y de Bach, Chopin y Cage, que para el artista son parte de su familia, asombrando así a los espectadores que pensaban que presentaría únicamente su ultimo cd The 12th room.
Ya bajo el escenario reconoce que la música es algo natural y debe de haber una pequeña diferencia entre lo que se toque y lo que se escriba, ya que en ambas acciones aunque no quieras siempre se pone distinto sentimientos, pero al fin y al cabo todo son vías de comunicación, por lo que muchas veces tienes una idea la escribes, pero sin embargo cuando la vas a tocar te das cuenta de que solo es una letra parecía a otras que ya tienes, por lo que toca volver a empezar, ya que subraya que los músicos tenemos la responsabilidad de hacerlo lo mejor posible, a la vez que hace la petición de que a las personas en silla de rueda no se las vea como tal, pues estamos en una sociedad en que parece llamar más la atención la silla que el talento, cuando precisamente hay que ver el talento y olvidarse de la silla de ruedas, aunque esta haga que seas más veloz desplazándote y te canses menos al final del día.
Aunque también pide ser realista con la situación y tener claro que hay profesiones como las de futbolista que no se podrá llevar a cabo, pero precisamente la de músico si, ya que la música se puede vivir con los ojos cerrados, te hace revivir muchos sentimientos a la vez que ayuda a olvidar aquello que te hace sufrir, aunque hay que asumir que si la vida te da limones lo mejor será hacer una limonada, por lo que es mejor sacar el lado positivo a cada situación y saber exprimir la vida en cada momento aunque todo depende del partido que te toque realizar, pero no debemos olvidar que la vida es maravillosa ya que todo lo que creamos es el principio o final de una historia que aunque no lo creas te está formando como persona aunque se tenga ya algunos años, porque hay que saber que el carácter de un hombre se trasmite por lo que hace, y la música es mi fruto de la experiencia, de la búsqueda, del dialogo, de la naturaleza, de saber empatizar y comprender el mundo que te rodea.
Por ello siempre le gusta abrir sus conciertos con su gran hit Following a bird, una composición de piano que compuso hace 3 años cuando pasaba por un momento duro y desesperante, pero que sin embargo le hizo ver que podía hacer más cosas, y por qué no convertirse en una obra de superación, aunque esa no era ni es la idea, pero al final la música se convierte en aquello que trasmita que siempre suele ser sentimientos mágicos que ayudan a abrir la mente en momentos difíciles.
