Los trastornos del sueño en la enfermedad de Parkinson constituyen un problema frecuente cuyo mecanismo fisiopatológico probablemente se deba a una combinación de factores como la neurodegeneración de estructuras cerebrales y al efecto del propio tratamiento antiparkinsoniano.
Afecta al 60-98% de las personas diagnosticadas y pueden aparecer en las fases iniciales de la enfermedad, incluso antes de los síntomas típicos.
Se trata de una patología infra diagnosticada, que debe tratarse porque con ello se mejora sustancialmente la calidad de vida de los pacientes. Las intervenciones farmacológicas sobre uno de los síntomas pueden empeorar o incluso hacer que aparezcan otros. Por ello, es importante identificar las causas de forma individualizada.
Sus causas son diversas: Neurodegeneración, fármacos, nicturia (orinar más durante la noche), presencia de síntomas motores, dificultad para girarse en la cama, calambres musculares, pesadillas, dolor, ansiedad/depresión y demencia.
Los trastornos que producen a las personas que los padecen son:
- Insomnio de conciliación, mantenimiento y despertar precoz.
- Somnolencia diurna excesiva (SDE) y ataques de sueño.
- Síndrome de piernas inquietas y movimientos periódicos de las piernas.
- Trastorno del sueño REM.
- Nicturia.
- Síndrome de apnea del sueño.
Unos consejos de higiene del sueño:
- Mantener horarios regulares para acostarse y levantarse
- Destinar la cama solo para dormir, evitando el uso de ordenadores, tabletas o móviles. Limitar el uso de la cama a las horas de sueño.
- Evitar siestas de más de 15-30 minutos al día y de dormir durante el día.
- Mantener buenos hábitos alimentarios y una dieta rica en frutas y verduras evitando las grasas de origen animal.
- No hacer ejercicio vigoroso después de las 19:00 horas.
- Repetir cada noche una rutina de acciones que ayuden a prepararse mental y físicamente para irse a la cama
- Disponer de un entorno apropiado para dormir (habitación en orden, limpieza, ventilación, oscuridad, silencio…).
- Evitar la rumiación de problemas y preocupaciones laborales, personales o de cualquier tipo.
- Practicar alguna técnica de relajación.
- Evitar excitantes (cafeina, nicotina y alcohol).
Publicado en el Número 65 de la revista serCapaz.
Autora: Yolanda Villanueva Rodríguez