Reflexiones sobre el TDAH

Durante la semana del 12 al 18 de octubre, se celebro la Semana Europea del TDAH, de las cuales sacamos las siguientes reflexiones, aunque muchas de ellas, los afectados ya lo teníamos claro, pero esperemos que con esto los profesionales de todas las aéreas, se paren a pensar en ello:

El TDAH existe

Aunque hay quien se empeñe en decir que no existe, que simplemente son niños o personas mal educadas, en base a que los síntomas que se ve durante la infancia son los que molestan, llaman la atención. Pero este trastorno es neurobiológico que su dificultad está basado en el sistema nervioso, principalmente en la neurotransmisión entre las neuronas.

Lo mismo pasa con el termino hiperactividad, que se ha convertido en una palabra tan cotidiana, que muchas personas se autodefinen así, simplemente porque cuentan con mucha vida social, o trabajan mucho, haciendo con ello que haya sobre diagnósticos mal hechos,  debido a que la misma persona se autodianostique hiperactivo, sin serlo ni saber muy bien toda aquellas problemática que engloba serlo de verdad y conocer en profundidad el TDAH, debido a vivirlo de primera mano.

El TDAH es difícil de diagnosticar

Creo que eso no es nada nuevo, para quienes trabajan en el sistema educativo o de la salud, ya que muchas veces por desinformación, no se sabe reconocer los síntomas de un tdah cuando se le tiene delante, y al final solo tratamos aquellas acciones que molestan, y por las cuales ha acabado en la consulta médica, como puede ser adicciones, delincuencia o trastornos psiquiátricos.

Por otro lado, algunas profesiones tienen tendencia a ver niños movidos como TDAH y a colocar una etiqueta que perseguirá a la persona toda la vida, sin igual serlo realmente, por no hacerle pruebas requeridas.

Con ello, llegamos a la conclusión de que falta mucha información, o ganas de dedicar el tiempo adecuado y las requirentes pruebas  a nivel medico, psicológico, y de profesorado para reconocer cuando realmente nos encontramos ante un autentico TDAH.

El papel del profesional de la orientación en el TDAH

Durante el colegio, seguramente la primera persona que de la señal de alerta, será la tutora o mejor dicho los orientadores, ya que al recibir las quejas del profesorado y a veces también de los padres, deciden estudiar al niño con tutorías individuales y observan que efectivamente algo pasa, que el niño no obedece, se levanta, se mueve constantemente, es impulsivo… por lo que deciden realizarle un examen psicopedagógico, a través de la información e informe médicos que los padres le faciliten, para lograr con ello un informe psicopedagógico completo, donde se describa cómo se comporta el menor,  como aprende mas favorablemente,  como se desenvuelve socialmente y que emociones le influyen en su día.

Una vez completado, se desarrollaran las estrategias y propuestas educativas y de intervención especial en lo que a su educación se refiere, y por supuesto se daría el informa a sus padres que se lo llevasen al pediatra para que le deriven a servido de salud mental infantil – juvenil y confirmar la sospecha del TDAH.

La intervención ha de ser multimodal

Cada persona es distinta, y lo que a uno funciona, a otra puede que no, no es novedad para nadie, y lo mismo pasa aquí, nunca se verán 2 TDAH iguales, por lo que hay que tratar a cada uno con las opciones que mejor se adapte a la persona.

Lo primero que suelen pedir cuando ya está confirmado el caso, es medicación, sin pensar que esta por sí sola no arregla el problema, a veces solo lo esconde durante las horas que dure,  aunque por supuesto  no hay que durar de que la medicación es un gran apoyo, especialmente en las horas que pase en clase, ya que es donde más atención debe prestar, y donde más debe intentar dominar al TDAH.

 Pero una vez que pase el efecto, todo vuelve a salir a flote, por lo que es mejor contar con más medidas como puede ser:

• Atendencion psicológica, a veces más importante que la medicina, ya que aquí el niño o joven aprende a  autorregular su conducta, pensamientos y emociones para situarse en el mundo con éxito y aprende a conocerse, que es un punto principal en la vida.
• Atender a lo educativo: a través de intervención psicopedagógica, con medidas educativas que le ayuden a conseguir sus objetivos escolares, mediante la motivación, y pequeños trucos que el profesor debe tener en cuenta, como es ponerle en primera fila, si ve que se despista hacerle una pequeña llamada de atención, si se da cuenta que empieza a mover de manera impaciente los pies o manos, dejarle que se levante y de una vuelta por el pasillo, o mandarle a por tizas, o a borrar la pizarra, si hace algo mal, no decírselo delante de la clase, hablar y decírselo con él a solas, igual que cuando algo este bien reconocérselo de forma abierta, adaptación de exámenes con más tiempo, instrucciones cortas pero claras, por supuesto seguir en contacto con los orientadores del centro.

Los tres puntos  son i imprescindibles para la persona con TDAH evolucione favorablemente, por lo que es indispensable la coordinación entre los responsables de cada ámbito: pediatra, psicoterapeuta y orientador; y a su vez, de todos ellos con la familia.

La atención al TDAH precisa de mayor respaldo institucional

Las entidades que deben estar verdaderamente implicadas y unidas para lograr un mayor éxito son: los centros educativos, con los servicios de salud primaria y salud mental infantil juvenil, ya que el primer informe del niño lo hará la orientadora , que habrá que llevárselo a su pediatra que le derivada a salud mental, y lo ideal sería que se lograse una reunión de los 3 profesionales (orientación, pediatra y psicólogo)para confirmar el caso, a la unión se debe unir servicios sociales y justicia, ya que a veces, y principalmente si ha crecido sin ser controlado el trastorno,  por la impulsividad, se suelen meter en grandes líos como puede ser peleas, robos con violencia, problemas con la policía, etc..

Por todo ello las instituciones y la administración deben hacer una apuesta firme porque la coordinación exista, y sea conocido por la familia, la persona afectada y principalmente facilitar todo el proceso a los profesionales, demostrando así que la prevención, detección e intervención de síntomas mayores, es posible, y que el TDAH no significa ser un peligro.

El TDAH en el adulto existe

Este trastorno ya se sabe que empieza desde bebes, debido a que se nace con ello, pero dura toda la vida, y llega un momento en la vida adulta en el cual en el  caso de no haber sido reconocido antes, te preguntas ¿Qué me pasa?. ¿Por que cuando llevo un rato sentado, siento que necesito mover los pies o las manos, y según pasa los minutos me siento como un motor en activo?, resulta que voy a una habitación a por algo y cuando me doy cuenta estoy en otra haciendo algo distinto y por el camino he pasado por todas las habitaciones dejando cosas por medio, siento que no llego en el trabajo al ritmo que me piden, me cuesta estar centrado,  siento que soy impulsivo hablando, y que muchas veces  que no doy lo que esperan de mi, o que la edad que tengo parece no ir acorde a como me comporto, estos síntomas son los llamativos de una persona adulta, la única diferencia con los niños, es que ha crecido intentando manejarse como buenamente podía y muchas veces no se ven síntomas tan claros por que están enmascaras por comportamientos normales, pero algo forzados que ha ido desarrollando con los pasos de los años.

Es imprescindible que nuestra sociedad comprenda el TDAH

Principalmente se necesita compresión, pero que lo haga de verdad, con conocimiento de lo que hay detrás de aquellos síntomas visibles, aunque muchas veces les hemos dicho porque a nosotros nos lo decían a su edad, que la sangre con sangre entra, queriendo decirle que necesitan esforzarse para lograr algo, sin acordarnos ellos ya ponen el triple de esfuerzo en cada estudio que hacen.

Sin embargo casi nadie le dice lo mismo al profesor, cuando realmente es a él a quien hay que decirle la sangre, con sangre entra, pero del profesor, ya que si el niño se da cuenta de que para ese profesor es una molestia e incordio y está en su contra sin darle la mas mínima muestra de apoyo, lo que va hacer es dedicarse a reventarle la clase, interrumpir constantemente, intentar ser el payaste de clase y lograr así la expulsión, que en parte es lo que busca, pues sabe que su profesor espera de él eso que sea el malo, pero ello cambia si ven que se preocupan por que atienda, haga los ejercicios, le explica lo que no entienda, y le muestra compresión, afecto y cariño puede llegar a ser el genio de la clase.

Sobre todo no hay que olvidar que  quienes lo tienen, como toda persona tiene un corazón enorme, y son súper sensibles, activos, entusiastas,  con gran ilusión por la vida, y muy luchadores.

Es difícil para todos, pero merece la pena luchar, porque quienes más sufren esta incomprensión son los propios afectados, niños y niñas que tienen el derecho a crecer felices y a desarrollar al máximo sus potencialidades, y saber que muchas veces tras sus mala conducta nos quiere decir apóyame más cuando menos me lo merezco porque es cuando más lo necesito. Por eso, no podemos olvidar que “su derecho es nuestra obligación”. Tan importante es hacer valer este derecho del menor con TDAH como concienciar a la sociedad de la obligación que tiene de proporcionarle las necesarias oportunidades.