Cuando se cumple los 40 años, el riesgo de sufrir una fibrilación auricular es del 25%, según ha explicado Luis Manzano, portavoz de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) pudiendo dar lugar a un ictus, ya que el 75% se deben a problemas isquémicos, un 20% a problemas cardioembolicos y un 30% por problemas isquémicos previos.
El ictus suele presentarse de forma repentina, con síntomas agudos y bruscos, aunque estos varían según la zona cerebral afectada, aunque todos son lesiones cerebrales debido a un problema en los vasos sanguíneos que irrigan al cerebro, pudiendo ser hemorrágicos por ruptura de los vasos e isquémicos cuando los vasos se obstruye.
El doctor Manzano, especialista en la Unidad de Insuficiencia Cardiaca y Riesgo Vascular (UICARV) del servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, ha señalado que gracias a los reconocimientos médicos que llevan a cabo los médicos de cabecera, muchos ictus se previenen gracias a los tratamientos anticoagulantes.
Las arritmias siempre son anormales, ya sean por aumento de la frecuencia cardiaca, taquiarritmias, o por disminución, bradiarritmias, pudiendo ambas favorecer problemas relevantes como son los ictus, ya que dentro de las arritmias existen algunos que tienen tendencia a producir coágulos que se adhieren en las cavidades cardiacas, cuando el coágulo se desprenderse, a través de los vasos sanguíneos, llegar al cerebro, obstruyendo un vaso y produciendo un ictus isquémico, llamado también cardioembólico y la arritmia que habitualmente lo provoca es la fibrilación auricular.
El único síntoma de la fibrilación auricular son las palpitaciones, que no siempre tienen una manifestación clara, aunque los médicos lo pueden sospechar mediante una auscultación y toma de pulso al paciente, y otras veces se manifiesta de forma repentina la insuficiencia cardiaca seguida del ictus, con poco minutos de diferencia.
Según ha afirmado el doctor Manzano, un 10% de la población padece este problema cardiaco, pero están sin diagnosticar, cuando esto es tan sencillo como hacer un electrocardiograma, y si no se observa señales de fibrilación, pero se tiene sospecha de ello se debe realizar un registro electrocardiográfico de 24 horas, llamado también la prueba hospitalaria de Holter.
Las personas con mayor riesgo de sufrirlo son aquellos pacientes con factores de riesgo cardiovasculares, diabetes, hipertensión arterial, aumento de colesterol y fumadores, aunque también hay que tener en cuenta los factores hereditarios, como tener familiares de primer grado con problemas cardiovasculares siendo jóvenes.
Durante mucho tiempo estos factores producen lesiones cardiacas que pasan inadvertidas hasta que bruscamente se produce el ictus, por ello, lo fundamental es la prevención mediante un adecuado control de los factores de riesgo.
En el caso de la fibrilación auricular, la arritmia que habitualmente se asocia a un ictus, las causas o factores que favorecen su aparición son fundamentalmente el envejecimiento, la hipertensión arterial y enfermedades propiamente cardiacas como problemas valvulares o de coronarias, y la presencia de insuficiencia cardiaca.
EtiquetasIctus problemas cardiacos. relacion
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