En medicina detectar un cáncer no es fácil debido a los numerosos estudios que se necesitan, siendo muchos de ellos invasivos para el paciente, además de ser una lucha contrarreloj, ya que el tiempo es determinante en esta enfermedad.
Por ello la universidad de Tokio junto con la de Harvard están desarrollando unos sensores de presión que se adaptan a la mano, como si fuera un guante, capaz de doblarse para detectar tumores en etapas tempranas.
Este desarrollo puede ser muy útil especialmente para la detención precoz del cáncer de mama, ya que se evitaría la molesta y dolorosa mamografía, debido a que con esta técnica se realizaría el estudio de forma táctil, siendo los sensores capaces de identificar un pecho normal y uno con tumor aplicando solo una ligera presión.
Los sensores pueden medir la palpitación digital mediante 144 localizaciones a la vez y tiene un grosor de 8 micrómetros. Está fabricado con transistores orgánicos, interruptores electrónicos de carbono, grafeno, oxigeno y una estructura de nanofibras sensible a la presión.
Lamentable debido a sus materiales le hacen ser un objeto con un elevado precio y de unidades muy limitadas, por ello sus creadores están trabajando en una solución con otros materiales, pudiendo sacar más unidades y con un precio menor, aunque probablemente hasta 2019 este estudio no se pueda comercializar.
Sungwon Lee, líder del proyecto en la Universidad de Harvard, ha dicho textualmente:
«Hemos probado el funcionamiento de nuestro sensor en una vaso sanguíneo artificial y hemos encontrado que puede detectar hasta pequeños cambios en la presión y en la velocidad de la presión al propagarse».