Reo es un chimpancé que en la actualidad tiene 34 años, pero cuando tuvo 24 sufrió una inflamación de la medula espinal que hizo que se quedase paralizado de cuello para abajo, por lo que durante 10 meses quedo acostado sobre su espalda.
Para su recuperación hizo falta 42 meses de fisioterapia intensiva con la que consiguió poder sentarse y con ayuda de unas cuerdas reaprendió a ponerse en posición vertical ayudándose con los brazos.
Por lo que científicos del instituto de investigación de primates de la universidad de Kioto estudiaron esmeradamente las posibles formas de ayudar a Reo a que volviera andar, por lo que probaron a estimularle mediante una pantalla táctil que hacía que su mente recibiera el aviso de realizar diversas tareas cognitivas y si lo conseguía era recompensado con comida, según leyeron en un artículo de Yoko Sakuba investigador de Kioto que fue publicado en la revista primates, y destacado por el centro japonés de monos, quienes vieron que efectivamente rea posible rehabilitar animales lesionados en cautividad, aunque no fue hasta 10 años después cuando Reo cumplió los 34 años que pudo volver hacer vida normal dentro de lo que cabe.
Para ello sus cuidadores le sacaba acompañado de 12 animales más a completar tareas informatizadas, aprovechando que cuando era joven aprendió a realizar test cognitivos en un panel táctil, y si lo conseguía era premiado con comida que le era colocada en una bandeja al lado opuesto de donde él se encontraba, con la intención de ver si era capaz de andar los 2 M que le separaba de su alimento, pero Reo no lo puso fácil ya que estaba temeroso y poco cooperante, por lo que su proceso no fue un camino de rosas, al principio necesitaba la ayuda de una cuerda de asistencia y la mirada segura de su mayor cuidador, pero según pasaba los días cada vez caminaba más erguido , aunque su andar recordaba al de un pingüino, hasta que ya a finales de la terapia consiguió caminar 500 M en 2 horas sin cuerda y sin la necesidad de buscar esa mirada de seguridad.
Desde el instituto de investigación subrayas que este ha sido el 1º caso en que han tenido que rehabilitar a un chimpancé debido a una parálisis, y se muestran orgullosos con los buenos resultados obtenidos, a la vez que han demostrado que las tareas cognitivas mediante las pantallas táctiles son ideales para ayudar a los chimpancés con discapacidad física a mejorar su bienestar sin tener que acabar sufriendo a eutanasia, acción que les parecía muy triste llevarla a cabo, cuando precisamente había otra opción que aunque fuera más trabajosa también de salir bien como ha sido, es más satisfactoria para todos, aunque en cada animal lesionado hay que tener en cuenta el daño que presenta, su personalidad y el estado físico en que se encuentra, y con estos datos crearle el mejore plan rehabilitador o tomar la mejor decisión, aunque está a veces puede ser la más dolorosa si el animal ya es mayor.