La diabetes tipo 1 se origina en la etapa infantil debido a que el páncreas es incapaz de producir insulina por lo que dependen de inyecciones diarias para controlar los niveles de glucosa, se produce por un trastorno autoinmunitario y no por ingerir demasiada azúcar.
Recientemente se ha llevado a cabo un estudio con células madres que pudiera ser la solución para acabar con las inyecciones diarias de insulina.
El prometedor estudio ha sido llevado a cabo entre MIT y la universidad de Harbad, quienes han realizado con éxito la prueba que consiste en utilizar células madres embrionarias para producir un gran número de células beta, que son idénticas a las células pancreáticas pero las encapsulan en un material protector para poder ser trasplantadas, de momento solo se ha llevado a cabo con ratones y ha sido un éxito ya que se demostró que en ellos se podía curar así la enfermedad durante 6 meses, un periodo que en el ser humano seria de años.
Si la técnica efectivamente resulta exitosa en las personas, cambiaria la vida a millones de personas que ya no tendrían que pincharse a diario la insulina pues bastaría con una trasfusión de sangre cada bastantes años.